Preparación
- Selección del vino: Para disfrutar plenamente del Moscatel de Timanfaya, selecciona una botella bien conservada y asegúrate de decantar suavemente antes de servir para realzar sus matices.
- Temperatura: Sirve este vino ligeramente fresco, entre 10-12°C, para potenciar sus notas frutales y mantener su equilibrio.
- Copas: Utiliza copas de cristal fino tipo tulipa para capturar y concentrar los aromas sutiles de este vino excepcional.
Fase visual
- Color: Presenta un color dorado intenso, brillante y limpio, revelando su madurez y densidad.
- Limpieza: Su claridad cristalina es un indicativo de su calidad y cuidado en la vinificación.
Fase olfativa
- Aromas: Despliega una paleta aromática dominada por notas de miel, frutas confitadas y flores blancas, con un fondo mineral que recuerda a la tierra volcánica de Lanzarote.
- Intensidad: Los aromas son intensos y persistentes, invitando a sumergirse en su complejidad.
- Complejidad: La combinación de dulzura y frescura aporta una complejidad que evoluciona en cada sorbo.
Fase gustativa
- Sabor: En boca es untuoso y sedoso, con una dulzura equilibrada que deja una sensación agradable y persistente.
- Cuerpo: Posee un cuerpo pleno y estructurado, que llena el paladar con elegancia y delicadeza.
- Persistencia: Su final es largo y gratificante, con recuerdos frutales que perduran en el tiempo.
- Equilibrio: La armonía entre dulzura, acidez y estructura hacen de este vino una experiencia equilibrada y completa.
Conclusiones
- Impresiones generales: El Moscatel de Timanfaya es un verdadero tesoro enológico, que combina la tradición vinícola de Lanzarote con la excelencia enológica contemporánea.
- Maridaje: Ideal para acompañar postres elaborados, quesos azules o simplemente disfrutarlo solo como sobremesa.
- Puntuación: 9/10. Un vino que destaca por su complejidad aromática, equilibrio y persistencia.
Resumen
El Cenizas de Timanfaya Moscatel de Bodega Timanfaya, S. L., proveniente de Lanzarote, cautiva con su color dorado brillante y aromas intensos de miel y frutas confitadas. En boca, su textura sedosa y equilibrada dulzura hacen de cada sorbo una experiencia única y memorable. Perfecto para maridar con postres o quesos azules, este vino de licor deja una impresión duradera con su final largo y gratificante.